Revista Contante y Soñante 9

viernes, octubre 13, 2006

ÚLTIMO DÍA DEL SEGUNDO "HABÍA UNA VEZ"


La ciudad de Armenia se despedirá hoy viernes en la noche de los 18 cuenteros que por esta semana la inundaron de cuentos.

Funciones en Colegios, en la Cárcel -a varios el perro antidrogas no los dejó entrar-, en Hogares Infantiles, en el Auditorio "Euclides" de la Universidad del Quindío y en pueblos (Quimbaya, Calarcá) fueron las que le dieron vida al festival que por esta semana se realiza en Armenia-Quindío y que termina hoy viernes con una narratón en la universidad sede del evento.

La Granja Bengala acompañó el sueño de los narradores durante la semana y la "Uniquindío-móvil" los desplazó una y otra vez por los parajes y barrios de la Ciudad de los Milagros. Un conversatorio improvisado entre una porción de los narradores universitarios del país que están invitados al evento fue la actividad que llenó el tiempo libre que ha abundado en una semana en la que todos estaban dispuestos a recibir como intensa de cuentos pero que ha abundado en escasez narrativa, salvo aquel conversatorio en el que se intentó poner al tanto del movimiento universitario local en el que cada narrador está inmerso.

En Cali, los "comandantes de la parte de adelante" del movimiento universitario (Grupo La Palabra) están haciendo esfuerzos para llevar público al auditorio Jorge Isaacs -el más grande de la ciudad- pagando una boletería que más que dinero significa estatus y respeto por el arte de contar cuentos, comenta Raúl España, lo demáj´es loma, vé.

En Bogotá, Carolina Marín opina que la abundancia de cuenteros salidos de todos los recodos de la ciudad: parques, plazas, universidades, botellas y cajas de cigarrillo pone en aprietos algo que se podría llamar "control Natural" que es el responsable de mantener el concepto de "Cuentería" dentro de sus límites y de no dejar que el concepto se expanda tanto como para que cualquier manifestación oral -en su mayoría tendiente a la comedia, mediocre por si fuera poco- quede incluída dentro de lo que los colombianos llaman "Cuentería".
Hecho que ha traído problemas de entendimiento entre público y "artistas" -son necesarias las comillas- pues el primero se viene formando en la mente la creencia de que un cuentero debe hacer reír, lo cual no debe entender como verdad absoluta, pues la inclusión del humor es sólo una herramienta en los cuentos, no la intención, que es nada más que contar una historia.

En Medellín, con 7 representantes presentes, el movimiento universitario se reduce a las actividades que realiza el Grupo Farenheit 451 de la Universidad Nacional sede Medellín, del cual están presentes en el encuentro Sandro Burgos, Luidin Utria, Luis Eduardo Espinosa y... Edwin. Allí hay un espacio permanente los jueves cada 15 días, en el ajedrez cerca de la biblioteca, donde adelantan una tarde de cuentos que utiliza como mecanismo "de gancho", según las palabras de Burgos, una sección inicial llamada "Párate Comedia", de la cual todos saben que no es precisamente Stand up Comedy, que no es definitivamente cuentería y que es... Párate Comedia, no más.
Uno trío de paisas viene de la Corporación Cultural VIVAPALABRA, y han encontrado que la reputación de la instiución que representan les antecede. Prestigio forjado sin lugar a dudas por Jota Villaza, "uno de los grandes", "una vaca sagrada", "un cuentero profesional", y demás denominaciones que ha alcanzado a obtener en medio de cualquier conversación que cite la historia y el estado de arte de la cuentería en Colombia.

En Pereira el movimiento es jóven, pero con aire. El público está comenzando a tornar de nuevo los oídos hacia los cuentos desde que los abuelos fueron secuestrados por el silencio sepulcral del que han sido víctimas más por la gente misma que por la televisión, como opinan muchos. Hay esperanzas tan verdes como los alrededores de la ciudad que actualmente se divisan.

Juegos de improvisación, cuentos costeños, malabares y poesía, guitarras hablando de granjas naranjas con árboles de guanábana, el Primer Campeonato Universitario Nacional de Tenis de Palabras (Mauricio Patiño campeón), el sombrero de guineíto, la moto "HighSpeed" del director del Festival, la obra de teatro del Grupo Teatro-Tierra, y el público Armenio, muy ameno.

1 comentario:

Anónimo dijo...

pero haber las fotos
QUIERO VER LAS FOTOS
ADRY