Revista Contante y Soñante 9

lunes, febrero 27, 2006

REVISTA CONTANTE Y SOÑANTE


DE VENTA ESTA REVISTA QUE RECOJE LOS COMENTARIOS, ENTRE-VISTAS, CUENTOS, RESEÑAS, CRÍTICAS, CONSEJOS, PERFILES Y TEORÍAS DE CUENTEROS QUE NADIE MÁS LLEVA AL PAPEL COMO EL "EQUIPO CONTANTE"

Para información más precisa, se pueden dirigir al mail revistacontanteysonante@yahoo.com y notar qué precio tan accesible tiene y que interesante es la "Única Revista de Cuentería de Latinoamérica", hecha en Medellín con Orgullo. Vamos en el número 12 y próximos al 13, ¿Ya los tenés todos?

viernes, febrero 10, 2006

ENTREVISTA A ANTOINE

Por IL MAGRO
INTERROGACIÓN-Entrevista (4):

I.M. ¿QUIÉN SOS VOS?
A.: Bueno, primero que todo buenas tardes para todos y todas que estén recepcionando este mensaje, mi nombre es Antonio José Vásquez, soy antioqueño de nacimiento y de sentimiento; soy librero y trabajo aquí en una librería muy importante y muy bonita que se llama El Callejón de las Palabras, aquí trabajo desde hace un año y medio, y me he sentido muy feliz, muy contento, porque he sentido que es mi mundo, que es mi vida, y siento que voy a dedicar gran parte del resto de mi vida a este oficio tan bello. Yo soy un ser humano que siempre, desde que estaba muy “sardino”, me he sentido apasionado por el mundo de la cultura, por el mundo de la literatura y el arte, es decir, en otras palabras, el centro de mi vida siempre ha sido todo lo relacionado con la cultura; pero más especialmente la literatura. Y ya, pues, dentro de ese mundo literario hay muchas secciones, subsecciones –si se me permite el término-, pero de todas maneras yo siento que siempre voy a estar dedicado y que consagraré el resto de mi vida, de lo que la Divina Providencia me de a la literatura y a la cultura en general.

I.M. Ya me respondiste dónde naciste, que es Antioquia; ahora ¿Dónde morirás?

A.: Bueno, muy interesante la pregunta, ¿dónde moriré?, en ese sentido si me siento muy identificado con el gran poeta peruano César Vallejo, yo también quisiera morir en París, en un jueves de lluvia eterna, esas lluvias eternas que suelen haber en París y en general en muchas ciudades de Europa, en casi toda Europa; yo quisiera morir en París, de viejo, leyendo a Proust, a Marcel Proust que siempre ha sido mi autor de cabecera, mi autor preferido, el autor que me hizo cambiar mi visión del mundo, de la vida, de las cosas; yo pienso que difícilmente volveré a encontrar un autor superior a Marcel Proust. Entonces quisiera morir en París en una cama muy confortable, con la mujer amada y leyendo a Proust.

Años, 37.

I.M. Teniendo en cuenta tu programa de radio (en la emisora de la U. De A.), cuál es la situación que vos ves en Medellín con respecto a los medios de comunicación y a la utilización de ellos?

A.: Amigo, mira, te cuento con respecto a esta pregunta, te comento que yo siempre he sido, no solamente ahora, sino siempre, desde hace muchos años atrás, un eterno inconforme con la mayoría, no digo que todos porque uno no debe generalizar, pero la mayoría de los medios de comunicación siempre me han defraudado, yo siempre he sido un crítico acérrimo de gran parte de los medios de comunicación, tanto de la radio y de la televisión, como de la prensa. ¿Por qué razón?, porque siempre he percibido o me he percatado que esos medios de comunicación que yo critico han sido idiotas útiles de los factores que han desestabilizado, que han llevado a nuestro país a la violencia, al terrorismo, a la barbarie, a la infamia, a la crueldad; y pienso que estos medios y muchos periodistas importantes que no viene al caso mencionar, pero que son muy famosos han sido culpables directos de gran parte de los males de este país, por lo tanto yo soy un enemigo declarado de esos medios de comunicación y de esos periodistas. Sin embargo, quiero hacer una pequeña excepción, esta crítica que acabo de comentar se refiere al periodismo en general, pero, sin embargo, quiero resaltar que ya en los medios culturales, en los medios que tienen que ver con la cultura, sí pienso que hay una diferencia muy notable, porque estos medios de comunicación tanto regionales como nacionales, se han esmerado mucho en publicitar la cultura. En nuestro país existen muchas revistas literarias, revista, periódicos literarios, donde se les da importancia y prioridad a la cultura, al arte, a la literatura. Entonces la crítica que yo hago a los medios de comunicación tiene como excepción los periodistas que han dedicado su vida a la cultura, para citar un solo ejemplo: en Bogotá hay un periodista cultural que yo admiro muchísimo y que siempre admiraré, lo quiero muchísimo, es un periodista cultural que se llama Bernardo Hoyos, supongo que ustedes sabrán de quién se trata, Bernardo Hoyos es el periodista que presenta ese programa tan bello que dan los viernes por la noche, que se llama Cinearte, él lo hace en compañía de otra periodista también especializada en cine que se llama Diana Rico. Entonces Bernardo Hoyos es un periodista que yo quiero y admiro mucho, además porque tuve el honor de conocerlo alguna vez hace como unos ocho años atrás aquí en la Universidad de Antioquia; de manera a esos medios de comunicación tiene como excepción a los que trabajan la cultura.

I.M. ¿ Considerarías al libro o la novela como medio de comunicación?

A.: No, yo nunca he considerado que los libros, la literatura, las novelas o que los dramas o poesías sean un medio de comunicación, no. Yo pienso que los libros relacionados con cualquier género literario, ya sea novela, cuentos, poesía o ensayo, pretenden transmitir es otro tipo de contexto socio-cultural, no de ninguna manera lo que me preguntas, esa es otra perspectiva, otra visión diferente.

I.M. ¿ Cuál es tu libro preferido?

A.: (risas) Mi libro preferido..., hay muchos, hay tantos libros preferidos, pero realmente el libro que más me ha marcado en mi vida y que no es un solo libro, sino que son siete tomos es la obra de Marcel Proust, el autor que precisamente hablé ahorita que es mi autor preferido, que es esa gran novela que se llama “En Busca del Tiempo Perdido”, que está dividida en siete tomos y que en total son dos mil 500 páginas, ése es mi libro preferido. Ya dentro del plano de la literatura universal, pero hay otros libros que también me han encantado, entre ellos Cien Años de Soledad, en general de García Márquez; o los libros de Juan Rulfo que fue el primer autor que yo descubrí en mi vida. El primer autor que yo leí con atención, con interés en mi vida fue Juan Rulfo, cuando tenía 14 años, cuando era un “sardino” de 14 años, que estaba en tercero de bachillerato -lo que ahora se llama octavo-, yo recuerdo que yo dejaba de hacer las tareas por leer a Juan Rulfo, entonces, de manera que ese fue el primer autor que me cautivó, pero realmente mi libro y mi autor preferido sí es “En Busca del Tiempo Perdido”, de Marcel Proust.

I.M. ¿ Vos escribís?

A.: Actualmente no, actualmente ya no escribo. En el pasado sí escribí, mucha prosa, cuentos, ensayos; pero muchos de esos escritos que hice preferí destruirlos porque consideraba que estaban mal hechos, no tenían ningún valor, ningún mérito, así que decidí destruirlos. No sé si algún día me arrepienta de ello, pero de momento pienso que hice bien en haber destruido esos escritos. Más bien lo que estoy pensando ya que ahora, actualmente, he tomado un segundo aire en mi vida, después de un tiempo de depresión que tuve, una época, un período de depresión, ahora que he tomado un segundo aire espero más bien sentarme con más disciplina, porque ese era otro factor, yo anteriormente lo que escribía no lo hacía con disciplina ni con la devoción que se requiere, pero ahora que ya estoy un poco más adulto, más maduro, y que creo tener una formación literaria más amplia que la que tenía 10 ó 15 años atrás, espero volver a escribir. Ése es el proyecto que tengo, escribir nuevamente.

I.M. ¿Qué lecturas recomendarías?

A.: Como mi tipo de lecturas preferidas, como lo he dado a entender, siempre ha sido la literatura, yo recomendaría a los jóvenes, sean muchachos o muchachas o incluso hasta niños que puedan estar recibiendo este mensaje, yo les recomendaría principalmente, que comenzaran leyendo literatura latinoamericana. Más importante que literatura colombiana es la literatura latinoamericana, ¿por qué razón digo esto? Porque nosotros como latinoamericanos que somos, siento que tenemos el deber de tener una panorámica lo más amplia y detallada posible sobre la realidad de nuestro continente o subcontinente latinoamericano, que obviamente al hablar de Latinoamérica estoy excluyendo a Norteamérica, estoy hablando de México allá en el norte, hasta Argentina allá en la Patagonia, allá en el extremo sur de Suramérica. Yo le recomendaría a los jóvenes, a los adolescentes, incluso a los niños, o si de pronto personas de la tercera edad están recibiendo este mensaje, que también se motivaran principalmente por leer literatura Latinoamericana. Literatura en primer lugar, ya en segundo lugar, yo les recomendaría que leyeran historia, también latinoamericana, porque la historia de nuestro continente es una historia que yo siento y pienso que debemos conocer, y me parece increíble que uno pase por esta vida sin tener un conocimiento, una visión de lo que es la sociedad en Latinoamérica, yo pienso que esa es nuestra primera obligación, empaparnos de nuestro continente. Ya posteriormente después de que hallamos leído literatura, historia, incluso, hasta textos políticos, por ejemplo un autor latinoamericano que yo recomiendo mucho es un autor que escribió sobre muchos temas: sobre poesía, sobre novela, sobre textos políticos, que es el cubano José Martí. José Martí a parte de haber sido un gran patriota cubano, latinoamericano, precisamente, en el cual se ha inspirado mucho el presidente Fidel Castro para seguir la huella de él, Fidel Castro ha tomado mucho la huella de José Martí para construir la revolución cubana, revolución que inició precisamente José Martí, fue el que dio los primeros pasos en la revolución cubana, sólo que hasta ahora, con Fidel y con su hermano Raúl Castro y con Che Guevara la revolución cubana se pudo consolidar, hasta ahora que ya está cumpliendo 47 años, precisamente esta semana los está cumpliendo. Pero el primer inspirador fue él y yo lo recomiendo mucho porque él escribió muchos libros sobre diferentes temas, ante todo fue un poeta, un gran poeta latinoamericano, y la obra principal de Martí fue la poesía, pero él a parte de poesía escribió ensayos literarios, cuentos, incluso hasta escribió cuentos para niños. José Martí escribió aproximadamente unos 40 o 45 cuentos para niños y también escribió muchos textos sobre política, textos en los cuales precisamente, él critica duramente el imperialismo norteamericano.
Entonces después de leer sobre Latinoamérica, yo recomendaría que ya ahí sí se hiciera una proyección hacia Norteamérica, hacia Estados Unidos; porque si bien es cierto que a Estados Unidos lo odiamos desde el punto de vista político, sin embargo no podemos desconocer la importancia de su cultura, de su literatura. Estados Unidos ha producido muchísimos grandes escritores, importantes, escritores que incluso yo mismo siendo un crítico de la sociedad de Estados Unidos los he leído, por ejemplo: William Faulkner, un gran novelista, un gran escritor que hay que leerlo; John Dos Pasos, Scott Fiztgerald, Ernest Hemmingway, Walt Withman con su “Canto a Mí Mismo”; tantos escritores..., Edgar Allan Poe, Nathaniel Hawkthorne, Dreissel, bueno, y muchos otros que se me escapan en el momento. Más recientemente Tomás Pinchon, es otro gran novelista norteamericano; Paul Oster, que ha escrito muchas novelas y guiones para cine, Oster es uno de los grandes escritores jóvenes que hay en el momento, de manera que mis críticas y odio hacia Estados Unidos de ninguna manera tocan su campo cultural, su campo literario, hay que leer a los escritores de E.U.
Ya después de leer a los escritores de Latinoamérica, de E.U. y Canadá, ahí sí podemos dar el salto a Europa, porque la literatura y la historia en Europa también son riquísimas, importantes. ¿Cómo se va a abstener uno de leer a los escritores franceses, a los españoles, o a los ingleses como Charles Dickens que es un gran novelista del siglo XIX?.
En fin, hay muchos escritores, ya para terminar esta respuesta, yo sugeriría que el proceso que se debe llevar es ése, leer literatura latinoamericana, después norteamericana, ya después europea, y después se puede pasar a literatura africana que también es un muy muy bella, la literatura asiática con Japón a la cabeza, o China, China también ha producido una literatura muy bella, muy bien hecha, y por último la literatura de nuestro país. Yo sé que esto que estoy diciendo de pronto, quizás, puede sonar a antipatriota, porque muchos dirán: “-Pero, ¿cómo es posible que Antonio recomiende dejar a su país, a Colombia, para lo último?”
Eso yo no lo digo peyorativamente, como que nuestro país deba ser lo último, no; sino que yo pienso que uno primero debe conocer el mundo ajeno, no solamente ahora, sino toda mi vida he manejado ese concepto, que uno primero debe conocer el mundo ajeno a nuestro país, y ya posteriormente, no por menospreciarlo, sino que ya después, leyendo el mundo, uno puede tener más argumentos, más bases para interpretar su país.

Entrevista realizada el viernes 6 de enero de 2006 en la librería El Callejón de las Palabras, en el centro de Medellín.

En tus apuros y afanes, acude a tus refranes

EXPRESIONES FIJAS-Narración (17)


Un día, iba yo en un taxi, tratando de llegar rápido a un lugar; en realidad era un sitio horrible, el dentista, porque como siempre he pensado al mal paso darle prisa, y así fue.

Pero al parecer el señor taxista no entendía que yo tenía mucho afán para llegar al lugar, a él parecía no importarle mi prisa, y para apurarlo le dije Que a un buen entendedor pocas palabras, pero él seguía igual de lento y no decía nada, como si en boca cerrada no entraran moscas.

Me empezaba a fastidiar y a preocupar la actitud de aquel taxista, pero pensaba y me repetía todo el tiempo para mí: ¡es taxista!, !es taxista!. ¿Cuándo has conocido tú, a un taxista que valore el tiempo? Y, !claro!, que valore a su pasajero. Definitivamente árbol que nace torcido, nunca su rama endereza.

Seguía allí metido en ese taxi, Chevette, por cierto, que me incomodaba las piernas, pues soy bastante alto, y decidí entonces, en medio de tanta incomodidad, desespero y asombro, volverle a decir al señor taxista que acelerara su paso para que pudiera llegar rápido a mi cita. Y ahora sí el señor había entendido el mensaje y ahí fue cuando comprendí que a veces el remedio es peor que la enfermedad, porque ese taxi empezó a correr, no, ¡cual correr!, a volar por las calles de la ciudad, con brusquedad me sacudía y zarandeaba de un lado a otro, y… yo sí quería llegar rápido, pero ya el señor estaba exagerando un poco, pero ¡claro! , pensaba yo que el señor ése estaría pensando que el que quiere marrones aguanta tirones, pero ya no quería tanta velocidad, ahora, lo importante para mí era llegar vivo, o por lo menos con dientes, a la cita odontológica.

Por fin llegamos y, pensé que definitivamente no hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo resista, y al tratar de bajarme de aquel auto amarillo, me empezó de nuevo el miedo por entrar a ese horrible lugar que es la odontología, pero me dije: querido, antes mis dientes, que mis parientes, saqué un billete de 20.000 para pagarle, pero el señor taxista, me miró con cara de revólver y me pegó la insultada del siglo, yo no sabía qué hacer y me dije: el que mal comienza , mal termina, y mi relación con este individuo no había sido la mejor desde el principio.

En ese instante no sabía qué hacer, ya era la hora de entrar a la cita, pero aquel hombrecillo del carro amarillo no tenía devuelta, y no era tan malo como para irme sin pagar, pero si él me había tratado tan mal en el recorrido y no tenía devuelta, pues que se joda… y dije, a mi no me va a pasar nada porque el que reza y peca empata. Así que me hice el loco, me metí al edificio a mi cita con el odontólogo, mirando de reojo al taxista, que no se resignaba a perder la plata de su carrera.

Cuando llegué donde al consultorio, la secretaria del doctor me dijo que la cita se había cancelado, porque era lunes y el doctor había tenido problemas para llegar, que la orden me la cambiaban para el sábado, y ahí si comprendí, que los lunes ni las gallinas ponen.
Olvidando que había un hombre afuera esperando por mí, salí, era el taxista, que con su cara un poco más arrugada por el enojo me reclamaba que le pagara la carrera, yo sabía que ese huevo quería sal, su platica, para evitar cambiar el billete, me volví a montar en su taxi, muy resignado, y emprendí mi viaje camino a casa, comprendiendo que no era tan cierto eso de que al que madruga , Dios le ayuda y que definitivamente al que no quiere caldo se le dan dos tasas.

jueves, febrero 09, 2006

ECOLOGÍA O ECONOMÍA

RELACIÓN IL MAGRO/ECOLOGÍA-Exposición(23):

En mí hay un pequeño integrante de Green Peace, que lucha de manera escondida por un mundo donde deje de avanzar el cemento derrotando al césped, venciendo las praderas por las urbanizaciones con nombres de bosques.
A veces he dicho a mis amigos, cuando nos acercamos a la montaña que ya es hora de dejar salir a ese otro (cuál de tantos) que hay dentro de mí, el que sale cuando estoy en un bosque acolchado por musgo y coronado por pinos y pájaros. Trato de usar productos reciclables, de reciclar yo mismo, y de concienciar a la gente, no con protestas afuera de una fábrica que tira desechos al río, sino aportando un poco al sentimiento de maravilla cuando se enfrentan a un paisaje, pues con amor a una causa, dolería más perderla.

Realmente, es muy difícil hacer que el “progreso” pare y reflexione por su “avance” desmedido dentro de las tierras madres. Es una pieza que hace parte de un engranaje que tiene su base apoyada en una industria muy grande como para poderla parar con simples actos humanos. Por eso, cuando la tierra misma se rebela, observo sentado en mi sillón de espuma sintética, y veo cómo se desborda el agua sobre el país que encabeza la polución, y mientras como crispetas en mi sillón de espuma sintética y como los tornados elevan autos, a la par que elevo mi mirada al cielo y rezo por su toma de conciencia. Lo malo es que no es sólo allí donde esto ocurre, también ocurre en Jamaica, por ejemplo, que es un lugar donde manejan una conexión ancestral con la tierra. Por todo esto, quiero plasmar un pedazo de una canción de Bersuit Vergarabat llamada Madre, que me maravilló en noviembre de 2005 aquí en mi propia ciudad:

“Yo te agradezco, porque aquí estoy,
vos sos mi única madre.
Toda mi vida yo defiendo tu jardín.
Yo te agradezco, aunque me voy,
Avergonzado por ser parte de una especie,
Que hoy te viola en un patético festín...”
IL MAGRO, 9 de febrero de 2006

DOS PARA NADIE MÁS QUE ELLOS MISMOS

LA VELADA PERFECTA-Descripción (22):

Primero que todo, tendría que ser aquí en Colombia, ¿en dónde? Hay muchos lugares más que perfectos. Sólo dos personas, ella –obviamente- y yo –más obvio-. Una cena, con la luna en una fase visible, al aire libre; con viento, pero no mucho; la luz no necesariamente de velas, sólo una luz tenue, apenas útil. Un aspecto muy importante es el mental, la sensación de tranquilidad y lejanía de las ocupaciones múltiples debe ser presente y plena. Un aliciente grandioso sería un secreto o declaración que lleva mucho tiempo esperando ser revelada, para ponerle picardía a todas las miradas previas a la confesión.

La mujer, debe ser imperfecta, humana, musical, natural, tranquila. El hombre, debo ser yo, más o menos igual. La cena, preparada por los dos, que esté en la temperatura perfecta, que el vino acompañe a la garganta y a las palabras. La música de fondo, es fundamental: Jazz, y lounge, el reggae es para el amanecer, luego del segundo plato.
Unos brasiers con encaje, un cabello suelto, unos labios sedientos, un jean apretado, y su cuerpo regado –sin cuidado- por la silla, para ella. Una camisa bien planchada, una mirada fija, unos zapatos fáciles de quitar, un aliento a vino rojo, unas ideas en la cabeza y un as bajo la manga –que no confesaré-, para Il Magro.
El resto, es desenfreno.
IL MAGRO, 9 de febrero de 2006

PARA MÍ, QUE SEAN FEAS!

BELLEZA Y FEALDAD-Descripción (18):

La fórmula para que una mujer sea considerada bella es tan poco perdurable en el tiempo como la belleza misma (física obviamente, porque de lo contrario no hay límites de tiempo).
Hace unos años, más o menos 40, las mujeres delgadas no eran partido; hace unos 30 si eran hippies, eran más atractivas; hace 20, el cabello esponjado y la rebeldía las embellecía; hace 10, un poco de seriedad y locura a la vez (rima); y ahora... mezclamos todo lo anterior, sumándole la anorexia y las autolaceraciones y “encontraremos” a una mujer bella, y digo “encontraremos” entre comillas, porque no es que la encontremos sino más bien que la Construyamos, Sr. Cirujano adinerado.
En la actualidad una mujer que no se depile –con el dolor que implica- las cejas, tiene algo en la cara que le estorba; los vellos corporales no pueden ser de su color natural –¡no se pueden ver!- porque son “feos”, estorban en el cuerpo, y ni hablar del vello de las axilas y el de “ombligo abajo”.
Para ser bella en la actualidad hay que construirse bella. Hay que intervenir el cuerpo, lo que es lamentable, pero no del todo. Yo, como un observador y analizador asiduo de las mujeres de Medellín –inevitable en medio del caminar-, agradezco, con las rodillas en el piso sucio de moda, a las escasas mujeres que no se sienten desnudas al salir sin maquillaje, mujeres que no esconden su piel jovial debajo de una capa de polvo para ancianas o presentadores de tv. Agradezco como un grito de salvación a las mujeres que han dejado que la belleza brote en ellas al natural, que no la truncaron desde niñas, como es una aparente obligación actualmente. Para mí, que sean con senos pequeños, piel pálida, glúteos normales, bien alimentadas (no “sobre”), en fin, que sean, según cánones actuales, FEAS.

IL MAGRO, 9 de Febrero de 2006

TEXTO ESCACATOLÓGICO

ESCATOLOGÍA-Ensayo (16):

Caca, pipí, popó, chichí..., éséstastas sonson laslas papalalabrasbras, perdón. Estas son las palabras que en medio de un taller de Stand Up Comedy que tomé, el profesor (Gonzalo Valderrama) nos sugería con tono huidizo, nunca tocar en un discurso. ¿Por qué tanta resistencia de la gente a lo escatológico? La respuesta está detrás de usted.

Tan común como comer, como hablar, respirar o dormir, es la acción de excretar, defecar, cagar, ensuciar, dar del cuerpo, hacer caca, hacer popo, hacer una deposición, una deyección, hacer heces; y orinar, mear, hacer micción, hacer una necesidad, hacer pis, cambiarle el agua a los fríjoles, ir a desaguar, cambiarle el agua al pájaro. El hecho es que estas acciones son especialmente escondidas por los individuos en comunidad, pero sólo en comunidad, pues una persona piensa, sin asco alguno, que tiene ganas de ir al baño, y discute con sí mismo en qué momento va y en el momento en que está realizando la evacuación reflexiona sobre el desarrollo de ésta. Pero no dirá esto frente a alguien a menos de que sea un familiar tan cercano que ya haya superado la barrera de los olores y sonidos que produce la acción, ...no hay nada que esconder, todos enfrentamos esto.

¿Por qué? Mi opinión es que es un resultado de un proceso cultural de costumbres hipócritas. Los humanos siempre tendemos a esconder lo malo que tenemos, frente a un buen partido siempre nos mostramos inmaculados y sacros. Por una mente como la que enseñamos nunca pasaría un mal pensamiento y mucho menos se pasearía por un cuerpo como el que pretendemos un sonoro y oloroso pedo, tan natural como el sudor.

Así que en el momento en el que enfrentamos un retorcijón intestinal (o mental) recordamos que hemos dejado el arroz en bajo, la ropa colgada y ya va a llover, que debemos ir a hacer una llamada –la de la naturaleza-, o que simplemente tenemos un extraño dolor de estómago y que es mejor sentarnos y presionarnos el vientre, pero todo esto es pura y habitual ¡mierda! Cagar es un símbolo de salud, o ¿acaso todas las niñas lindas que andan por ahí son estreñidas o nunca van al baño? Pues cuando les hablan de la acción es como si no las “afectara”, como si su nalga sólo fuera de adorno, por buena que sea.

IL MAGRO, 6 de febrero de 2006

“MÁS JHMM QUE UN JHMM”

HIPÉRBOLE-Narración (15):

Con solo decir paisa ya se está exagerando, es que ¿si habrá una persona tan humilde, trabajadora, honesta, emprendedora, echada pa´lante y buena gente como se dice de un buen “paisa”? Vamos a ver, aunque estas explicaciones molestan más que una tostada en un brasier, más cansonas que una gorra de cemento, oiga.

El hecho es que con respecto a la forma de referirse a los habitantes de una región siempre se exagera, por ejemplo:
Trabaja más una pala empeñada que un costeño.
Que los pastusos son muy tontos.
Las caleñas son más buenas que un costalao´e gomitas.
Los llaneros muy bravos.
A las pereiranas se les dice siéntesen y se acuestan.
Los rolos son más malagentes que un ni qué.

¿Y los paisas?

Si un paisa va a una convención de regiones, de inmediato se notará, y no porque cuando pase las mujeres vayan a hacer más bulla que un costalao´e pollos, sino porque toda la gente va estar tan prevenida que un silencio sepulcral se escuchará. Una oscuridad de palabras que se ve más por el carrizo de una negra. Muy bien, el paisa sigue caminando y se sienta y empieza a ventilarse con su poncho, y empezará a sentir que todos lo miran con desconfianza, los rolos con rabia, los costeños con prevención; y se empezará a sentir más asustado que una gallina en un congreso de chuchas. Por ahora nadie dice nada, todos reflexionan para adentro.
Luego de unos minutos el paisa va a empezar a hablar en voz alta, como siempre habla, preguntando cosas, hablando del viaje, contando anécdotas. El primero que se le puede acercar es un habitante del eje cafetero, con el que encontrará semejanzas, luego el resto de la gente se reunirá, habrán bromas relacionadas con la procedencia de cada uno; también discutirán, la conversación se tornará más enredada que un costalao´e púas (todo son costales); el gringo se va a sentir más perdido que un uñero en la cara y poco a poco todos se empezarán a dar cuenta de que detrás de su rótulo regional se encuentran personas que hay en todas partes, formas de ser paralelas en la montaña y la costa, un factor en común que es Colombia.
Los unos dirán de los otros que no pensaban que ellos eran así, que en la tierra de todos son bienvenidos, que qué bonito haberse conocido, que ni tan diferentes eran, que como que somos lo mismo, que somos colombianos. ¿los paisas qué?, ¿los costeños qué?, ¿los pastusos y los vallunos qué? Lo mismo todos al fin y al cabo.
IL MAGRO, 6 de febrero de 2006

…EL 14…

CONVICCIONES- Ensayo (14):

¿7x2? = Locura. ¿Por qué? Espere yo escribo.

Noviembre de 2003, primavera. Cuando un hombre –Magro- de 18 años se empieza a dar cuenta de que hay un número que se está interponiendo en su vista más de tres veces al día en promedio, se comienza -por lo menos- a interrogar.

Febrero de 2006, primavera (vivo en Medellín). Cuando un hombre –Magro- ya de 20 años se empieza a dar cuenta de que ese mismo número que se estaba interponiendo en su vista unas tres veces al día en promedio, lo hace ya unas seis veces al día, se comienza -por lo menos- a enloquecer.

¿Por qué sucede un fenómeno como éste? Según mi psicóloga de cabecera -¿cuántas más habrá pues?- es por una Atención Selectiva que inconscientemente realiza mi mente. Pero, ¿hasta qué punto es por decisión mía que topo con esta cifra que resulta de restarle 186 a 200? Hay ciertas situaciones que hacen que este planteamiento de la “Selección” tambalee, ¿Cómo cuáles? Espere las escribo.

Un hombre, Magro, parte de un lugar en taxi, en el momento en el que se apea de éste observa la hora y es la 1:14a.m., ciertos minutos más tarde llega a su hogar, y mientras pasa por el pasillo entre el garage y su habitación mira el reloj del VHS y es ¡SORPRESIVAMENTE! la 1:14a.m. ¿Hay selección en sus actos?
El mismo hombre, Magro, sostiene una plática con su Magra vía celular, a través de mensajes de texto, y el tiempo exacto de envío, en varias ocasiones, de su mensaje es el minuto 14 de la hora en desarrollo. ¿Selección? No me parece, luce más bien como que “Se-lesiona" su cordura.
No es uno nuevo, es sólo la repetición del punto 1 y 2, una y otra vez, como ocurre en la vida de este hombre, Magro, de 20 años, en una primavera como las de Kim Ki-Duk, ¿no han visto la película?

Ahora bien, acepto que ha habido ocasiones en las que he provocado tales avistamientos, pero no han sido más que intentos desesperados de averiguar los secretos que esconde este catorce, las razones por las que salta a mi vista, las situaciones ambientales en las que aparece, los gritos silenciosos que dejan escapar dos números que si se superponen un poco forman la letra H, ¿será esa una señal? El hecho es que es un factor enloquecedor que no ha desaparecido desde 2003, es un golpe en la cabeza cada vez que surge, un Deja Vü que me acompaña en los relojes, los números telefónicos, las placas de los carros, las camisetas, las direcciones, los precios, el número de letras de mi nombre y apellido, en fin, everywhere! Todo esto ha desatado una locura que he bautizado Locura Espacial, 1, 2, 3…, 12, 13.., 14!!!, dios mío, ¡tiene 14 letras!. Talvez (volví a empezar con los “talvez”) sea mi destino que este número se me aparezca, que lo vea en todas partes, o talvez soy yo el que me le aparezco, el que lo asusta por todas partes, el que lo está enloqueciendo, el que tiene un nombre con el mismo número de letras que la cifra que es, talvez soy yo el que lo está enloqueciendo. Éste es el renglón número 14 de este párrafo, mejor termino.
IL MAGRO, 5 de febrero de 2006

NEGRO Y BLANCO

SENTIDO DEL TACTO-Descripción (12):

La percepción extra-sensorial es la prolongación del sentido del tacto, esa casi nadie la tiene, Il Magro tampoco, entonces no hablaré de ella.
De la misma forma que con los olores, luego de estar tocando un objeto por mucho tiempo, como la ropa, dejamos de sentirlo o al menos percibirlo. Pero hay sensaciones a las que no estamos acostumbrados tanto como a sentir nuestra ropa o cabello y siempre entramos a considerarlas.

NEGRO
Como muestra, está un beso –para empezar bien-, es un simple contacto de labios con mejilla, o labios/labios (o labios/cuello/espalda/muslos/oreja), que desata tantas reacciones como un paseo en una montaña rusa pero colombiana. Este sentido está “limitado” a un solo órgano que es la piel y que casualmente es el más grande del cuerpo, por lo que la palabra “limitado” pierde validez conforme lees esto. Como muestra del poder de percepción de este órgano, está una noche de pasión y lujuria desnuda –para continuar mucho mejor-. Es una fiesta de sensaciones que van desde los pies hasta la coronilla pasando, precisamente, por toda la piel y demás lugares predilectos por los amantes. Acto que deja a los realizadores en un estado de plenitud –si son lo suficientemente buenos en él-, que pide secuelas lo más rápido posible.

BLANCO
Lo desagradable del tacto son las heridas. Un chuzón concentra todo el poder del tacto en el reducidísimo lugar de exposición a éste, provocando, en primeras instancias, un grito que se acompaña de un movimiento brusco e instintivo para huir del peligro; luego, las quejas y reparaciones pertinentes. Otro ejemplo –no menos desagradable- son las quemaduras, que prolongan la indisposición mucho tiempo después del accidente.

GRIS
Las sensaciones intermedias son las más comunes, rozar gente u objetos, rascarse, tener contacto con objetos rugosos, ásperos, lisos, fríos, afilados, macizos, sentir frío y calor (no a la vez), y en estos quiero detenerme. Son sensaciones que están permanentemente presentes, pero que sólo manifestamos en sus extremos, pues en todo momento estamos sintiendo un estado climático, o ¿quién anda con un aire acondicionado conectado en el cu…? Hay muchas palabras que empiezan por “cu”.

IL MAGRO, 5 de febrero de 2006

¿A QUÉ HUELE COLOMBIA, A QUÉ OLEMOS LOS COLOMBIANOS?

SENTIDO DEL OLFATO-Narración (11):

¿A qué huele Colombia? ¿A qué olemos los colombianos?

Hacer un recorrido por el mundo nos dará una idea de cómo olemos, pues con las narices metidas siempre en el país, difícilmente descubriremos el secreto de los olores de otros lugares y además el que escondemos para nosotros mismos, pues como ya sabemos, la nariz se cansa de oler luego de un rato, y los olores presentes comienzan a ser imperceptibles.

Si una Persona se va de recorrido por el mundo puede que en el avión –si así viaja- la nariz se le estandarice, y que quede dispuesta a recibir lo que se encontrará desde que atraque en un aeropuerto extranjero, y que reciba olores que nunca haya tenido presentes, o puede que no, que huela a Av. Oriental, a suero costeño. Supongamos que no, que se encuentra con un olor propio del lugar, digamos Italia. Las calles pueden oler a pastas, a Lamborghini, a Roberto Benigni, a Luca Brasi (personaje de Mario Puzo). Pero ¿a qué huelen ellos?, la única forma de saberlo es la presencia, así que por ahora no lo sabremos, mucho menos con Luca.
Sigamos suponiendo ahora, que la persona cruza la frontera norte y llega a Suiza, ¿a qué olerá allí?, ¿a chocolate? La respuesta nos la dará la Persona, pero como es una creación de nuestra mente, estamos en graves problemas, habrá que imaginar.

El hecho es que el Sr. P (o sea, la Persona) conocerá tantos olores como lugares y hasta más, y notará esto en cada parte del camino, talvez en el resto del mundo el café huela similar a como huele en Colombia, talvez el humo de los carros también, las rosas es más probable y los perfumes franceses innegable. Pero esos son objetos, la Persona descubrirá la esencia de cada país y la interiorizará, muy bien, lo que queríamos. Cuando esté en el avión de vuelta a mi país, la nariz de P experimentará de nuevo la vuelta a cero y en su mente habrán quedado los olores del mundo: Las pastas, los parfums, la cerveza alemana, el té, los toros, Oslo, etc. Arribará al aeropuerto, y se reunirá con nosotros y nos dirá: “Yo, el Sr. P, me he dado cuenta, por medio de este viaje -el cual les agradeceré toda mi vida- que la única forma de conocer los olores es con la presencia, como ya lo habían planteado, por lo que no podré comunicarles mis averiguaciones nasales”, y nosotros maldeciremos al muy hijo de P.

IL MAGRO, 5 de febrero de 2006

“UN DJEMBÉ CORONADO”

SENTIDO DEL OÍDO-Narración (10):

El pasado 31 de enero tuve la fortuna de asistir al lanzamiento de un espectáculo de danza y música que posteriormente se presentaría en el TPTU (Teatro Pablo Tobón Uribe) el viernes 3 de febrero. Se trataba de un abrebocas de “Más Allá”, a cargo de la compañía de danza Sankofa, integrada por bailarines colombianos y africanos; al lado de ellos estuvo el músico africano Amadou. La presentación del grupo de baile Sankofa comenzó a las 7:30 p.m. y duró unos 15 minutos, y por tratarse de un abrebocas -efecto que lograron-, en mí comenzó a alojarse una sensación de plenitud mediocre y resignada. La gente aplaudía agradecida, yo también; había tenido la oportunidad de ver cómo se desplegaban los cuerpos de las y los bailarines por un escenario de unos seis metros de ancho por cuatro de profundidad, pintado de negro e iluminado por seis reflectores de par 64, con filtros de color amarillo, azul y no recuerdo el último, talvez el que completa el tricolor colombiano.
A hurtadillas, mientras transcurría el cuarto de hora de presentación, deslicé mis ojos hacía el costado izquierdo del escenario, lugar donde se encontraba Amadou sentado y con las manos en su tambor, en ese Djembé que no deja tocar de nadie. Desde allí se alcanzaba a ver cómo los movimientos de sus brazos desembocaban en la música que sonaba por las cabinas de sonidos que tenía en frente mío, a unos dos metros de distancia. A veces tocaba él, a veces rodaban una pista desde la consola.

Cuando el baile terminó, los danzantes se despidieron, el público hizo lo propio pero no se paró de sus sillas. La presentadora apareció de nuevo con cara de improvisadora y llamó a Amadou a escena, mientras los técnicos de sonido disponían el escenario con una silla, y dos micrófonos, uno para el djembé y otro para la voz. Él saludó en francés mientras un traductor lo remedaba en español, y más decidido que el sol comenzó aproximar sus manos hasta la piel del tambor haciéndola tensar y emitir su sonido característico, una y otra vez, con intermedios calculados, con cadencias saharianas, tribales. El micrófono (marca Shure, apuesto), que estaba a la altura de su boca, se sintió realizado cuando las cuerdas de la voz de Amadou se tensaron y comenzaron a vibrar, en tonos altos y bajos, mientras la boca modulaba y cambiaba su concavidad a la salida del aire. En resumen, comenzó a tocar y a cantar.
Cantó en un idioma aborigen africano, no sé en cuál, pero sí cómo. A esa altura de la noche -8 p.m.- mi corazón estaba relativamente calmado, y a los diez minutos de que este negro de ropas blancas y holgadas tocara su djembé, un médico me hubiera diagnosticado una taquicardia grave de haber puesto su estetoscopio en mi pecho. Pero yo estoy afiliado a una EPS así que ese médico nunca me encontrará nada.

La gente estaba emocionada pero parca, sólo un hombre más adelante movía su cabeza un poco más animado; mi corazón pedía más, los icebergs anidados en mis ojos se empezaron a descongelar y mi rostro se inundó bajo una sonrisa indeleble, y mi respiración se alborotó como queriendo salir a ver el espectáculo. De los seis tarros de luz, sólo un par permanecía encendido, el amarillo. Amarillo sol, amarillo arena, amarillo estepa africana, amarillo curtido como las pieles colgadas en estos instantes en una aldea de África, amarillo como los ojos de la desnutrición que se ve allí, más que por pares, por miles.

Como todo buen artista, Amadou terminó su concierto, luego de dedicatorias, agradecimientos (mercis), aplausos, sonrisas, sudores. Y tras la permanencia de los aplausos en su ausencia, decidió tomar de nuevo su tambor coronado entre sus rodillas y tocar de una forma que llenó y desbordó los 6x4 metros de un escenario pintado de negro, negro África, negro esclavitud vencida, negro tierra; negra-blanca-redonda, todas sostenidas en el aire, con sombras en bemol.

IL MAGRO, 5 de febrero de 2006