Revista Contante y Soñante 9

jueves, febrero 09, 2006

TEXTO ESCACATOLÓGICO

ESCATOLOGÍA-Ensayo (16):

Caca, pipí, popó, chichí..., éséstastas sonson laslas papalalabrasbras, perdón. Estas son las palabras que en medio de un taller de Stand Up Comedy que tomé, el profesor (Gonzalo Valderrama) nos sugería con tono huidizo, nunca tocar en un discurso. ¿Por qué tanta resistencia de la gente a lo escatológico? La respuesta está detrás de usted.

Tan común como comer, como hablar, respirar o dormir, es la acción de excretar, defecar, cagar, ensuciar, dar del cuerpo, hacer caca, hacer popo, hacer una deposición, una deyección, hacer heces; y orinar, mear, hacer micción, hacer una necesidad, hacer pis, cambiarle el agua a los fríjoles, ir a desaguar, cambiarle el agua al pájaro. El hecho es que estas acciones son especialmente escondidas por los individuos en comunidad, pero sólo en comunidad, pues una persona piensa, sin asco alguno, que tiene ganas de ir al baño, y discute con sí mismo en qué momento va y en el momento en que está realizando la evacuación reflexiona sobre el desarrollo de ésta. Pero no dirá esto frente a alguien a menos de que sea un familiar tan cercano que ya haya superado la barrera de los olores y sonidos que produce la acción, ...no hay nada que esconder, todos enfrentamos esto.

¿Por qué? Mi opinión es que es un resultado de un proceso cultural de costumbres hipócritas. Los humanos siempre tendemos a esconder lo malo que tenemos, frente a un buen partido siempre nos mostramos inmaculados y sacros. Por una mente como la que enseñamos nunca pasaría un mal pensamiento y mucho menos se pasearía por un cuerpo como el que pretendemos un sonoro y oloroso pedo, tan natural como el sudor.

Así que en el momento en el que enfrentamos un retorcijón intestinal (o mental) recordamos que hemos dejado el arroz en bajo, la ropa colgada y ya va a llover, que debemos ir a hacer una llamada –la de la naturaleza-, o que simplemente tenemos un extraño dolor de estómago y que es mejor sentarnos y presionarnos el vientre, pero todo esto es pura y habitual ¡mierda! Cagar es un símbolo de salud, o ¿acaso todas las niñas lindas que andan por ahí son estreñidas o nunca van al baño? Pues cuando les hablan de la acción es como si no las “afectara”, como si su nalga sólo fuera de adorno, por buena que sea.

IL MAGRO, 6 de febrero de 2006

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